lunes, 10 de septiembre de 2007

'Necesito escribir sobre mi poesía para comprobar que es verdad', por Francisco Cenamor

Cada vez estoy más convencido. Después de leer mil teorías de qué es la poesía o de cómo debe ser, empiezo a llegar a la conclusión de que existen tantas poesías como poetas y que las clasificaciones no son más que meros artificios científicos tan necesarios a veces como incapaces de definir al conjunto. Así que, aún a riesgo de caer en el relativismo más absoluto, voy a hablar, brevemente, de cual sería mi poética. La mía, la de mis poemas. Y digo relativismo porque si otra persona hablase de mi poética hablaría de manera distinta y así habría tantas visiones de mi poesía como personas se enfrentasen a su lectura. ¿Cuál sería entonces la verdad de mi poesía?
Este planteamiento relativista puede parecer abstracto para el tema que nos ocupa, pero aplicado a cuestiones más concretas y diarias es terrible. Millones de personas mueren de hambre; unos dicen que por esto y otros dicen que por lo otro y otros que por lo de más allá. Pero aún así, siguen muriendo de hambre. Aunque yo creo que se puede llegar a la verdad y hay una verdad sobre esto del hambre, oculta interesadamente entre otras aparentes verdades.
Bien, sigo. Mi poesía podría ser, perfectamente, la del bardo del cómic Astérix, aunque sinceramente creo que sin llegar a ser tan pesado. Marcho al lado de las personas reales, concretas, las observo, trato de compadecerme de su dolor (compadecer: padecer con el otro); en ocasiones, pocas, ese dolor es el mío propio. Recojo, creo que con cariño, sus alegrías y esperanzas y tamizadas dentro del ser actual y complejo que soy yo mismo, devuelvo todo su vivir convertido en belleza. O al menos esa es la intención. Perdón, mi intención.
Cuando empecé a escribir poesía yo no sabía todo esto. Lo he ido descubriendo a la vez que me descubría a mi mismo como poeta, no sin cierta sorpresa.
Y sobre el asunto de hablar de mi mismo no se preocupen, no me produce ningún bochorno. Es más un acto de sinceridad. Otros poetas, diciendo que hablan de la poesía en general, hablan también de si mismos. Yo, al menos, lo advierto.
Y, por cierto, si de escribir poesía hoy se trata, nada mejor que leer el magnífico artículo de Luis Luna sobre este tema en este mismo blog.
Francisco Cenamor

2 comentarios:

  1. ¿Porqué abochornarse de escribir sobre uno mismo?

    Si cuando un verdadero poeta (repito lo de verdadero), se está mostrando en cada uno de sus poemas y se está desnudando... Si en el hecho tan íntimo de escribir no se muestra vergüenza o pudor... ¿porqué abochornarse al hablar de uno mismo?

    Pienso que cuanto más se descubre un poeta, cuanto más se desnuda y más se adentra en sí mismo, más se asombra y más nos ofrece a los demás.

    He puesto demasiados "más", ¿verdad?

    Uhm... es mejor sumar que restar. O eso creo...

    En cualquier caso, "abochórnanos" de tu poesía :)

    -galilea-

    ResponderEliminar
  2. Ahí las dao, Gali, porque yo no escribo sobre mi mismo para fardar, si no que me desnudo en lo más íntimo para mostrar lo más humano.

    ResponderEliminar

Tomo la palabra: