lunes, 17 de septiembre de 2007

"Sólo luna. Treinta cartas a una dama sin hogar, de Mónica Sánchez", por Francisco Cenamor

En La Casa Encendida se presentó el 8 de marzo, como no podía ser de otra manera siendo un libro sobre mujeres, el libro Sólo luna. Treinta cartas a una dama sin hogar. Lo digo de antemano: el libro estará muy bien, seguro, aunque aún no lo haya leído. Y es que está escrito por Mónica Sánchez, esa chica menuda y periodista que se esfuerza por cambiar el mundo a golpe de abrazo y de sonrisa, bueno, y de arrimar el hombro.
La presentación del libro, una vez más, cedió el protagonismo a los sin techo, y, una vez más, Mónica consiguió emocionarnos, nos dejó a las puertas del corazón a su gente, a la que conoce de la calle, a la que conoce tan bien porque les ha escuchado siempre.
En el nuevo libro nos cuenta historias reales de mujeres que viven en la calle, sin victimismo, con naturalidad y mucho cariño. Y para ello cuenta con la colaboración de una de esas mujeres, “la China”.
Si tuviese que definir el género en el que escribe Mónica me sería imposible. Escribe historias reales, de gente que conoce y con la que se relaciona muy estrechamente, cada vez parte de un punto. En el primer libro, A ciegas. Mil historias de la calle, Madrid, 2003, un amigo de la calle, Manuel, un ser entrañable al que conocí, la guió telefónicamente por grandes ciudades de la rica Europa, calles en las que Mónica vivió y conoció gente durante varios meses, y de ahí surgió el libro. Después conoció a inmigrantes en la calle y de ahí surgió otro bonito libro que está planteado con si fuese el guión de un programa de radio. En este libro se dejó asesorar por otro experto en la materia, o sea alguien que vivió esas situaciones, Mohamad Said Maiga.
Lo interesante de su obra es la ternura que emana hacia las personas que lo pasan mal, las personas excluidas por nuestra opulenta sociedad. Sus relatos son tremendamente emocionantes, poéticos, muy poéticos, y, sobre todo, te enseñan a descubrir al otro, al diferente, al que asusta, al que se queda en la fría calle cuando cerramos nuestras puertas.
Lo malo es que los libros, al ser gratuitos, no tienen una distribución buena. Lo más sencillo es ponerse en contacto con alguno de los editores. Uno de ellos es la Obra Social de Caja Madrid, pero como no me caen demasiado bien los bancos, podéis solicitarlos a la Fundación Rais, la otra editora, a la que pertenece Mónica Sánchez; Fundación que se dedica al acompañamiento de las personas sin hogar y a su inserción social.
En fin, si lees a Mónica Sánchez mirarás a la calle con otros ojos.

Francisco Cenamor

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