miércoles, 17 de septiembre de 2008

Artículo de Francisco Cenamor sobre el libro de relatos 'Una casa de carne', del escritor egipcio Yúsuf Idrís

A mediados del pasado siglo se produce en la mayoría de los países árabes un fenómeno de modernización social con dos ejes fundamentales: los movimientos nacionalistas de orientación socialista (los partidos Baas que terminarán gobernando en Siria, Iraq, Libia, Egipto...) y los intelectuales y artistas que criticaron las fuertes tradiciones árabes que ahogaban la individualidad del ser humano moderno.

Uno de estos intelectuales fue el egipcio Yúsuf Idrís, nacido en 1927. Aunque estudió Medicina, no llegó a ejercer, pues enseguida se dedicó al periodismo y la escritura. En su haber tiene numerosas novelas y libros de relatos, también obras de teatro. Su escritura se caracteriza, fundamentalmente, por la sencillez y cercanía de su lenguaje; es algo que notaremos enseguida.

Una buena muestra para empezar a leer a este autor árabe es el libro de relatos Una casa de carne (La otra orilla, Barcelona, 2008, trad. de Mercedes Juliá). Se trata de una colección de doce relatos, en su mayoría escritos en los años 60 y publicados en 1971, donde Yúsuf Idrís nos muestra su visión de un Egipto rural, en pleno proceso de modernización, a veces muy contradictorio con dicho proceso.

El erotismo, la sensualidad, dominan la mayor parte de los relatos, tal vez por eso eligió el autor el título, procedente del primer relato, y cuya historia bien podría suceder en la España del siglo XVI o XVII; al igual que la del relato ‘El mayor de los pecados’, pues ambos nos recuerdan algunas historias y entremeses de nuestra literatura de esos siglos, incluso con cierto tono picaresco.

Pero hay algo que es de agradecer en estos relatos, y es que Idrís no juzga a los personajes, simplemente nos muestra su psicología, la razón de su comportamiento. Es evidente que el mero contraste de algunas realidades narradas con la modernidad que vivimos nos lleva a considerar como moralmente poco aceptables algunas de las costumbres que aparecen en los relatos.

Creo que hay un acierto en estos relatos a la hora de proporcionarnos cercanía con las historias y sus personajes. En algunos de ellos, el autor se dirige directamente a los lectores como si le estuviese contando, oralmente, una historia; muy en la tradición árabe instaurada, o que tiene como referente a Las mil y una noches. Y todo ello potenciado por el cariño y ternura con que el autor trata a sus personajes, que, no lo olvidemos, podrían haber sido personas reales.

A mí, amante de la cultura e historia árabe musulmanas, me produjo un gran placer esta forma de escribir tan árabe, sensual, relajada, cercana, de corro de amigos en la noche con el fuego iluminando los rostros, con ciertos toques de ingenuidad. La presencia de lo sobrenatural en la vida cotidiana es otro de los ingredientes de la narrativa de Yúsuf Idrís en estos cuentos, y su forma de narrarla hace que sea verosímil. Como verosímil es el que la locura pueda aparecer en cualquier momento en algún punto de la narración.


Francisco Cenamor

2 comentarios:

  1. Me parece muy interesante lo que me cuentas de este libro, el problema de estos autores es que no se encuentran con facilidad.
    Intentaré leerlo.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Efectivamente, Idrís es más o menos difícil de conseguir, apenas está editado en España. Pero este de La otra orilla, en una buena librería se consigue. Una de esas donde el librero o librera todavía ejerce de tal. Por suerte, en Leganés hay por lo menos dos así.

    ResponderEliminar

Tomo la palabra: