lunes, 6 de junio de 2016

Poema del día: "El presagio", de Harry Martinson (Suecia, 1904-1978)

Los tártaros detuvieron sus carromatos y plantaron sus tiendas de campaña.
De límpidos manantiales descubiertos en bosquecillos acogedores
llevaban el agua. Un fresco arroyo bajaba presuroso y les daba peces.

De un árbol descendió una ave de bellísimo plumaje.
En sus ojos y su cuello se veía que amaba la vida.
Únicamente envuelta en dudas y estremecimientos, se dejó matar.

Una vez asada yacía con las patas atadas pegadas al cuerpo.
Todos la miraban preparándose al placer de saborearla.
Los poderosos paladares chasqueaban en torno a los bocados,
los dientes molían sordamente como los propios molinos de la vida.

Cuando ya era demasiado tarde los tártaros se dieron cuenta
del error que habían cometido:
habían asado al ave Fénix y se la habían comido,
el ave que precisamente en aquella época del año era mortal y fácil de cazar:
el ave de bello plumaje Fong de Tsin.

Antes de que hubieran tenido tiempo de arrepentirse
cayó sobre el mundo una inmensa tiniebla
el sol comenzó a apagarse.

Los aterrorizados hechiceros consideraron
lo sucedido como un presagio
y los tártaros mataron a varios prisioneros a latigazos.
Entonces salió el sol y todos los que se habían escondido
salieron veloces de las tiendas de campaña gritando de júbilo.
Pero ese mismo año el Khan perdió la guerra
frente al general de Tsin.

Harry Martinson en Dikter om ljus och mörker (1971), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).

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